El sábado 18 de octubre, tuvo lugar la que ya se está convirtiendo en tradicional “Marcha a pie por las Ermitas del Caminàs” también llamado el “Pequeño Camino de Santiago de Castellón”.
A las siete de la mañana, todavía de noche, un numeroso grupo de castellonenses y peregrinos llegados de otros lugares, se concentraron ante el Ayuntamiento para iniciar el recorrido. En primer lugar, se visitó la Ermita de San Nicolau de Bari en la calle de Alloza que lucía una iluminación de gala.
Por la Plaza de Mª Agustina, los peregrinos pasaron por la Basílica de la Mare de Deu del Lledó y por el Camí d’en Riera enfilaron sus pasos, entre naranjos y ya amanenciendo, a la Ermita de Sant Francesc de la Font donde pudieron degustar la típica “figa y doset”.
Tras un breve descanso, reemprendieron la marcha hacia la Ermita de la Magdalena, en cuya explanada y aledaños dieron buena cuenta del almuerzo. Tras 45 minutos de descanso reanudaron la marcha por el Camí Vell de Barcelona hacia la Ermita de Sant Roc de Canet. Ante la amenaza de lluvia se acortó la parada con el fin de llegar cuanto antes a la Basílica de la Mare de Deu del Lledó. No obstante, algo de lluvia se pilló en el trayecto aunque gracias a Dios de corta duración.
Una vez en la Basílica, la organización ofreció un refresco y tras el canto de la Salve a la Patrona de Castellón, se reanudó la marcha por el Caminàs. Tras rendir visita a las ermitas de Sant Isidre i Sant Pere y Sant Josep, ambas en la partida del Censal, terminó la marcha en la Ermita de Sant Jaume de Fadrell cuando eran las 13:45 horas después de 21,5 km recorridos. Allí les esperaba a los peregrinos una sabrosa paella. El tiempo amenazaba más lluvia, incluso cayeron algunas gotas durante los entremeses pero solo fue una falsa alarma, como es habitual, se notó la presencia del Apóstol Santiago que tuvo la deferencia de desplazar las nubes de agua para que los peregrinos pudieran disfrutar de una merecida comida.
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