La Bendición del Peregrino

La Bendición del Peregrino

La bendición del peregrino

Una bendición es, en esencia, un deseo de bien: una invocación de protección, gracia y buena fortuna. Desde tiempos remotos, los patriarcas bendecían a sus hijos, los profetas al pueblo, y los ancianos a quienes buscaban consejo. Con el paso de los siglos, este gesto se extendió incluso a los objetos y lugares cotidianos: hogares recién levantados, campos, fuentes, cosechas o estandartes. Pero entre todas las bendiciones, ninguna ha arraigado tanto como la que los padres dan a sus hijos, o la que ofrecen las personas mayores y sabias; es un acto profundo de cariño y de acompañamiento.

En su esencia, bendecir es despedirse deseando lo mejor, entregar esperanza y buenos deseos a quien emprende un camino. Por eso la bendición del peregrino ocupa un lugar tan especial dentro de la tradición jacobea.

La costumbre de bendecir al caminante antes de partir hacia Compostela hunde sus raíces en los orígenes mismos del Camino. Ya en el Codex Calixtinus del siglo XII aparece la conmovedora ceremonia de entregar al peregrino el morral y el báculo, símbolos de humildad y fortaleza. Con ellos se ponía al viajero bajo la protección de Dios y del Apóstol Santiago, confiando en que alcanzará su destino y regresará con alegría.

El texto antiguo recoge así este rito (Codex Calixtinus, Sermón Veneranda dies, LI, c. XVII):

“In nomine Domini nostri Iesu Christi, accipe hunc peram habitum peregrinationis tuae, ut correctus et emendatus festines pervenire ad pedes Sancti Iacobi, quo pervenire desideras; et ut, postquam iter peregeris, revertaris ad nos cum gaudio, auxiliante Deo, qui vivit et regnat in saecula saeculorum. Amen. 

Accipe hunc baculum; sit tibi quasi firmamentum itineris et laboris in via peregrinationis tuae, ut possis superare insidias inimici et secure pervenire ad pedes Sancti Iacobi; et postquam iter peregeris, revertaris ad nos cum laetitia, annuente ipso Deo, qui vivit et regnat in saecula saeculorum. Amen.”

«En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, recibe este morral y el hábito de tu peregrinación, para que, te proteja y  te permita  llegar a los pies de Santiago, a donde deseas llegar; y para que, después de haber completado tu viaje, regreses a nosotros con alegría, con la ayuda de Dios mismo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.»

«En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, recibe este bastón; que te acompañe en tu peregrinación, para que puedas vencer las asechanzas del enemigo y llegar sano y salvo a los pies de Santiago; y después de haber completado tu viaje, regresa a nosotros con alegría, con la ayuda de Dios mismo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.»

  Hoy mantenemos vivo ese espíritu

Desde Castellón, quienes se preparan para iniciar el Camino —salgan o no desde nuestra ciudad— pueden recibir la bendición del peregrino en la Basílica de la Virgen de Lidón, convirtiendo este gesto en su primer encuentro espiritual con la ruta que tantos han recorrido antes.

Horarios de bendiciones en Basílica : Los viernes después de la misa de la tarde. (Indicárselo al oficiante). Y a la vez puedes sellar tu credencial con el cuño de Lidón, como procedente de esta ciudad. 

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