La Pobla Tornesa – Sierra de Engarcerán: Etapa 2.

Cada etapa guarda su aventura. Hoy, con el frescor de la mañana, caminarás por la calzada romana por excelencia: la Vía Augusta. Una recta interminable te guiará por el Pla de Cabanes, donde descubrirás su famoso Arco, no sin antes haberte cruzado con tres miliarios que marcan la distancia —siempre atento, pues fácilmente se pueden pasar por alto—. Más adelante te espera la Ermita de Nuestra Señora del Adyutorio, donde tendrás que reconocer la concha en sus muros, y finalmente una buena subida que te conducirá hasta tu meta: La Serra d’Engarceran.

La Pobla Tornesa – Sierra de Engarcerán: Etapa 2.

Cada etapa guarda su aventura. Hoy, con el frescor de la mañana, caminarás por la calzada romana por excelencia: la Vía Augusta. Una recta interminable te guiará por el Pla de Cabanes, donde descubrirás su famoso Arco, no sin antes haberte cruzado con tres miliarios que marcan la distancia —siempre atento, pues fácilmente se pueden pasar por alto—. Más adelante te espera la Ermita de Nuestra Señora del Adyutorio, donde tendrás que reconocer la concha en sus muros, y finalmente una buena subida que te conducirá hasta tu meta: La Serra d’Engarceran.

Mapa y Guía Detallada:

La etapa de hoy comienza suavemente, siguiendo la antigua Vía Augusta que nos conduce por una llanura tapizada de cultivos: la vid se mezcla con los almendros, estos con los olivos, y aquí y allá aparece algún huerto de cerezos. El suelo arenoso y rojizo refleja el rodeno de las montañas cercanas. A la derecha dejamos el pueblo de Cabanes, agrícola e industrial, famoso por su Arco Romano y por la extensión de su término hasta la costa. Poco después, también a nuestra derecha y muy próximo, queda Benlloch, de tradición agrícola y ganadera, cercano al conocido aeropuerto de Castellón. Ya solo resta afrontar una subida constante, siempre por buen camino, que nos lleva hasta la Serra d’Engarceran: un gran final para una jornada completa.

  • Total del tramo: 7.0km
A partir de La Pobla Tornesa, nuestro Camino se solapa con la Vía Augusta señalizada con bloques azules y blancos en el suelo, miliarios modernos y originales romanos.
Vamos bordeando el Pla de Cabanes por el denominado Camí dels Romans y tras recorrer 7 km desde La Pobla llegamos al Arco romano de Cabanes situado en una amplia rotonda.
  • Total del tramo: 7,5 km
Seguimos por piso de asfalto el Caminàs

 4,4:  Cruzamos la carretera de acceso a Benlloch.

0,8: Abandonamos la Vía Augusta haciendo un giro de 90⁰ tomando la colada del Pas de la Fusta. Ante nosotros se abre una fantástica vista del Plà de Cabanes en toda su extensión con la ermita de la Mare de Déu del Adjuctori ligeramente desviada a nuestra derecha. Vamos dejando Benlloch a nuestra izquierda

1,6: Aljibe encalado. Dejamos momentáneamente el Camino para dirigirnos a la citada ermita, repleta de leyendas y tradiciones.

0,7: Ermita del Adyuctorio. Allí es tradición colocar los dedos de la mano sobre una vieira incrustada en la fachada SO, lo que nos proporcionará suficientes fuerzas para conseguir llegar a Santiago.

  • Total del tramo: 11,4 km

Después de recrearnos en este oasis de paz, retornamos a la Colada del Pas de la Fusta que atraviesa el Plà de Cabanes en ligera subida que poco a poco va endureciéndose.

 3,8: Mas de Archiles. A partir de este punto, la subida se muestra en toda su crudeza. Hay que sudar la camiseta para alcanzar los 771 metros de cota.

 7,3: Sierra Engarcerán. 

Distancia total: 25882 m

Mapa y Guía Detallada:

La etapa de hoy comienza suavemente, siguiendo la antigua Vía Augusta que nos conduce por una llanura tapizada de cultivos: la vid se mezcla con los almendros, estos con los olivos, y aquí y allá aparece algún huerto de cerezos. El suelo arenoso y rojizo refleja el rodeno de las montañas cercanas. A la derecha dejamos el pueblo de Cabanes, agrícola e industrial, famoso por su Arco Romano y por la extensión de su término hasta la costa. Poco después, también a nuestra derecha y muy próximo, queda Benlloch, de tradición agrícola y ganadera, cercano al conocido aeropuerto de Castellón. Ya solo resta afrontar una subida constante, siempre por buen camino, que nos lleva hasta la Serra d’Engarceran: un gran final para una jornada completa.

  • Total del tramo: 7.0km
A partir de La Pobla Tornesa, nuestro Camino se solapa con la Vía Augusta señalizada con bloques azules y blancos en el suelo, miliarios modernos y originales romanos.
Vamos bordeando el Pla de Cabanes por el denominado Camí dels Romans y tras recorrer 7 km desde La Pobla llegamos al Arco romano de Cabanes situado en una amplia rotonda.
  • Total del tramo: 7,5 km
Seguimos por piso de asfalto el Caminàs

 4,4:  Cruzamos la carretera de acceso a Benlloch.

0,8: Abandonamos la Vía Augusta haciendo un giro de 90⁰ tomando la colada del Pas de la Fusta. Ante nosotros se abre una fantástica vista del Plà de Cabanes en toda su extensión con la ermita de la Mare de Déu del Adjuctori ligeramente desviada a nuestra derecha. Vamos dejando Benlloch a nuestra izquierda

1,6: Aljibe encalado. Dejamos momentáneamente el Camino para dirigirnos a la citada ermita, repleta de leyendas y tradiciones.

0,7: Ermita del Adyuctorio. Allí es tradición colocar los dedos de la mano sobre una vieira incrustada en la fachada SO, lo que nos proporcionará suficientes fuerzas para conseguir llegar a Santiago.

  • Total del tramo: 11,4 km

Después de recrearnos en este oasis de paz, retornamos a la Colada del Pas de la Fusta que atraviesa el Plà de Cabanes en ligera subida que poco a poco va endureciéndose.

 3,8: Mas de Archiles. A partir de este punto, la subida se muestra en toda su crudeza. Hay que sudar la camiseta para alcanzar los 771 metros de cota.

 7,3: Sierra Engarcerán. 

Distancia total: 25882 m

Servicios en la etapa

Albergues y sellos

Sellamos tu Credencial y te ofrecemos un lugar de paz en tu etapa.

Albergue Municipal «Vicente José Sánchez»

El Albergue Municipal «Vicente José Sánchez» es una parada de hospitalidad gestionada directamente por el Ayuntamiento para apoyar tu Camino.

Al tratarse de un servicio que opera bajo el principio de voluntariedad y atención personalizada, es imprescindible que los peregrinos llamen con antelación para confirmar disponibilidad y avisar de su llegada.

¡Asegura tu plaza! Contacta siempre antes de iniciar tu etapa para garantizar el descanso que mereces.

Pueblos en el camino

El inicio de su viaje: historia y naturaleza

Esta etapa marca una de las travesías más ricas en historia y paisaje del Camino de Santiago de Castellón, llevando al peregrino desde las llanuras hacia el interior montañoso de la comarca. Es un recorrido que conecta el legado romano con los pueblos del interior, ofreciendo un descanso visual y espiritual.

DIARIO DE UN PEREGRINO EN EL CAMINO DE CASTELLÓN

2a Etapa: La Pobla Tornesa – Sierra de Engarcerán, Primavera soleada

Amanece en La Pobla Tornesa un día claro y fresco, con apenas nueve grados. Antes de comenzar la etapa, el recuerdo se me va hacia mis seres queridos que seguro me tienen en su pensamiento.
“Puedes llorar porque me he ido, o puedes sonreír porque he vivido; puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva, o puedes abrirlos y ver todo lo que he dejado; tu corazón puede estar vacío porque no me puedes ver o puede estar lleno del amor que compartimos. Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda, o puedes hacer lo que a mí me gustaría: sonreír, abrir los ojos, amar y seguir”.
Gracias, mamá.
Comienzo la jornada siguiendo el trazado de la CV-1600, aunque por caminos que discurren a su lado. Dejo atrás una fábrica de cerámica y unas naves industriales, y a partir de ahí el paisaje se transforma en sendas tranquilas y luminosas. El sol brilla con fuerza, los pájaros me acompañan y el día se llena de alegría. Camino entre olivos centenarios, testigos mudos de tantas generaciones.
Tras recorrer algo más de un kilómetro y medio atravieso un túnel bajo la CV-15. Al otro lado me esperan los campos de cereal, extensos y húmedos aún por el rocío, que reflejan la luz de la mañana como espejos. El camino se confunde con la antigua Vía Augusta, y entre almendros y olivos aparecen varias piedras señalando la huella romana que atraviesa los siglos.
Después de unos kilómetros llego al Arco Romano de Cabanes, erigido en el siglo II. Solitario en mitad del campo, se alza como una puerta abierta al tiempo, recordando a los viajeros que antes que yo recorrieron estas tierras. Prosigo por la CV-157, siempre acompañado de almendros a ambos lados del camino, y paso junto al desvío hacia el Monasterio Budista de Castellón. En los campos empiezan a aparecer algunas viñas, que dan un aire distinto al paisaje. Al dejar la carretera tomo una ancha senda de tierra y piedras, rodeada de lavandas que perfuman el aire. Algún conejo cruza veloz, y en la lejanía se dibujan vegas y montañas que invitan a seguir avanzando.

Tras recorrer más de seis kilómetros me desvío hacia Belloch. Entro en el pueblo y me encuentro con un aljibe de 1956, recuerdo humilde de la importancia del agua en estas tierras. Me acerco al ayuntamiento, donde sello mi credencial, y aprovecho para hacer una pausa en una cafetería antes de regresar al camino. Poco después descubro una gran escultura de bicicletas, una enorme junto a otra normal, con la inscripción “Objetivo de desarrollo sostenible”. A su lado, otro aljibe me recuerda al que vi en Belloch, y decido acercarme a ver la concha que se encuentra en la pared de la Ermita De Nuestra Señora Del Adyutorio, retorno a camino y tomo el sendero me conduce poco a poco a la gran subida del día: una cuesta interminable de más de seis kilómetros que alterna tramos de tierra y de hormigón. La pendiente es dura, pero el paisaje compensa con creces. La vistas se abren a cada paso, las montañas se suceden y, al ganar altura, la mirada alcanza hasta el mar que brilla en el horizonte. Subo en largos zigzag, cruzándome con pequeñas casas y naves agrícolas dispersas.

Al final de la ascensión alcanzo el barranco de Figueretes. Desde allí desciendo un kilómetro y medio hasta entrar en Sierra Engarcerán, a la plaza de Zacarías Martín, meta de la etapa de hoy. Camino hacia el ayuntamiento y me detengo ante la iglesia parroquial de San Bartolomé Apóstol. El templo comenzó a levantarse en el siglo XVI, pero los problemas de humedades marcaron su historia. Ya en 1619 eran notables y obligaron a constantes reformas hasta que finalmente en 1767 se dio por concluida la obra, celebrándose la primera eucaristía un 26 de julio. A su lado está el ayuntamiento, donde vuelvo a sellar
mi credencial, cerrando así una jornada intensa y luminosa. Hoy me quedo con esta reflexión que me nace del corazón: cuando encontramos manos que nos sostienen, amigos que nos abrazan y palabras que nos consuelan, es cuando de verdad comprendemos que somos afortunados.

Todo este diario se basa en el diario de Joserra ( J.R. V.) Gracias por hacer nuestro Camino.