Morella a Zorita: El Legado de los Antiguos Caminos. Etapa 6.
Después del impacto de Morella, esta etapa ofrece un contrapunto de serenidad y autenticidad rural. La ruta sigue caminos ancestrales y el gran hito es la contemplación del majestuoso Puente de la Bóta, una joya arquitectónica que le conecta con el pasado medieval. Zorita le recibirá con un ritmo de vida pausado, ideal para recuperar energías antes del tramo final hacia Aragón.
Morella a Zorita: El Legado de los Antiguos Caminos. Etapa 6.
Después del impacto de Morella, esta etapa ofrece un contrapunto de serenidad y autenticidad rural. La ruta sigue caminos ancestrales y el gran hito es la contemplación del majestuoso Puente de la Bóta, una joya arquitectónica que le conecta con el pasado medieval. Zorita le recibirá con un ritmo de vida pausado, ideal para recuperar energías antes del tramo final hacia Aragón.
Mapa y Guía Detallada:
La Etapa al completo.
El Recorrido Ancestral: Guía y Track para Conectar Morella con Zorita. Un track que le guía fuera de la ciudad hacia valles más apartados. Es una jornada de dificultad moderada. Siga el GPS para no perderse los desvíos históricos y el acceso al famoso puente.
Mapa y Guía Detallada:
La Etapa al completo.
El Recorrido Ancestral: Guía y Track para Conectar Morella con Zorita. Un track que le guía fuera de la ciudad hacia valles más apartados. Es una jornada de dificultad moderada. Siga el GPS para no perderse los desvíos históricos y el acceso al famoso puente.
Servicios en la etapa
Albergues y sellos
Apoyo al Peregrino: Servicios Esenciales para disfrutar del viaje.
Pueblos en el camino
Historia y naturaleza
Ruta de pueblos históricos. Partiendo de la imponente Morella, esta etapa es rica en contacto con pequeñas localidades. El camino pasa por los términos de Xiva de Morella y Ortells, ofreciendo vistas únicas. Seguidamente, Palanques se presenta como un enclave de paso antes de llegar a Zorita. Cada pueblo en esta ruta menor añade un valor único al sentido histórico y social de su peregrinación.
DIARIO DE UN PEREGRINO EN EL CAMINO DE CASTELLÓN
6a Etapa: De Morella a Zorita del Maestrazgo
Bajo la lluvia
El día despierta en Morella entre nubes y claros, con una temperatura de 7 °C. La llovizna que empezó durante la noche sigue cayendo con suavidad. Me despido de la ciudad amurallada saliendo por la Puerta de San Miguel. Al paso, el acueducto de Santa Lucía, silencioso y firme desde el siglo XIII, me acompaña unos instantes. Luego tomo dirección hacia la CV-117.
Un viento frío sopla sin descanso, cortándome el rostro. Tras unos 1.800 metros, llego a los Arcos de la Pedrera, construidos en 1338. Fue gracias a ellos y a las obras posteriores de 1359 que el agua pudo llegar a la Font Vella, dotando a Morella de un abastecimiento vital. Un panel informa sobre aquella gesta y me detengo un instante a imaginar el esfuerzo de quienes levantaron esos arcos. Desde aquí sigo hacia la CV-117, sigo ya la carretera sin tráfico apreciable Aquí la
carretera sube suavemente, rodeada de un bosque bajo que murmura al compás del viento. Caminando 1.900 metros disfruto del entorno y del frio bajo la llovizna. Encaro un largo descenso de unos 3,7 km por la misma carretera. A cada tramo se suceden los árboles, y al margen izquierdo aparece una pequeña capilla solitaria. El tráfico es casi inexistente.

El eco de mis pasos se mezcla con el chocar de la lluvia en las hojas. Pocos minutos después, tras 600 metros más, entro en Xiva de Morella cruzando un puente sobre el río. En este pequeño pueblo me acerco al lavadero y la Fuente del Rosario, refugios de tradición y encuentro. Veo también la iglesia del Salvador, datada en 1859, que se alza con modestia en medio de la localidad. Salgo de Xiva por un camino rural asfaltado y en poco más de un kilómetro y medio cruzo un riachuelo. Continúo por el mismo camino unos 900 metros, hasta que a la derecha se abre una senda pedregosa que asciende entre el bosque. Sube durante unos 700 metros y después se inicia un descenso de 900 metros hasta que la senda se convierte en un camino de tierra que sigue bajando otros 1,7 km. El terreno está empapado y mis botas chapotean en el barro, pero el paisaje compensa el esfuerzo:
pinos, matorrales y, al fondo, la promesa de un valle.
Cuando la pista se vuelve asfaltada, en apenas 300 metros salgo a la CV-14. Camino por la carretera 700 metros para entrar en Ortells, donde paro unos minutos para descansar y comer algo. Pregunto a unas vecinas cómo continuar. Tenía intención de tomar una senda junto al río, pero me aconsejan no hacerlo: las lluvias han desbordado el cauce y el sendero está impracticable. Agradezco su consejo y decido seguir por la CV-14.
Recorro entonces unos seis kilómetros por esta carretera, que discurre paralela al río Bergantes. A mi izquierda queda el pequeño pueblo de Palanques, casi desierto. La lluvia arrecia y el viento entona una canción monótona mientras yo sigo paso a paso. A lo lejos, las nubes parecen abrazar las colinas.
Al llegar a Zorita del Maestrazgo me recibe la fuente y el lavadero de La Beana, construidos a principios del siglo XX. El agua corre bajo la lluvia como si fuesen amigas. Me dispongo a subir al centro de la población. La cuesta es empinada y las calles estrechas están empedradas. Llego primero al Ayuntamiento, un edificio de 1679 con su arco de medio punto y un alero de madera labrada recientemente restaurado.
Continúo por las pendientes hasta la iglesia parroquial de la Asunción, de mediados del siglo XVIII. Su planta con tres naves, crucero y cimborrio me parece grandiosa para un pueblo tan pequeño, y me acerco a sus muros húmedos para agradecer haber llegado sano y salvo.
Sigo ascendiendo hasta la parte más alta de Zorita. Allí encuentro los restos de lo que fue castillo y antiguo caserón de la casa de los Peralta, del siglo XIV. Sólo quedan algunos muros y la huella de la historia, pero desde aquí contemplo el río Bergantes serpentear por el valle y el perfil de Morella a lo lejos, ya envuelto en las nubes. La lluvia sigue cayendo, pero mi corazón se siente pleno: una etapa más superada, un día más para recordar.














