Quien atiende un punto de información del Camino de Santiago ya lo sabe: los peregrinos llegan con ilusión… y con dudas.
“¿Tenéis la cartilla?”, preguntan unos.
“¿El pasaporte?”, dicen otros.
“No, eso… el documento, la Compostela, la compostelana…”, insisten los más despistados.

Todos buscan lo mismo, aunque lo nombren de mil formas distintas: la Credencial del Peregrino.

La Credencial del Peregrino es el documento oficial que acredita la condición de caminante a Santiago. Funciona como un pasaporte simbólico: en cada etapa se sella en albergues, parroquias, asociaciones o ayuntamientos. Es, además, el requisito indispensable para solicitar al final del camino la Compostela, el diploma que se entrega en la Oficina del Peregrino de Santiago de Compostela.

La confusión es lógica. La credencial tiene aspecto de libreta o cartilla, se utiliza como un pasaporte, y en algunos lugares la llaman “documento del peregrino”. Cada cual lo bautiza según su intuición: “la cartilla”, “el pasaporte”, “el documento”, incluso “la compostelana”. Solo los más informados llegan pidiéndola por su verdadero nombre: Credencial.

Pero la credencial no es solo un requisito administrativo. Cada sello que recibe es una huella de la ruta: la iglesia de un pueblo, el albergue donde se pernocta, el bar en el que se repone fuerzas, la ermita en lo alto de un puerto. Al final del Camino, las páginas llenas de sellos cuentan una historia única e irrepetible: la del propio peregrino.

La Credencial tiene tres funciones principales:

Acreditación: Es la prueba oficial de tu condición de peregrino. Te permite acceder a los albergues públicos (los gestionados por ayuntamientos o asociaciones de amigos del Camino), que ofrecen alojamiento a un precio muy reducido o a cambio de un donativo.

Registro del Camino: La Credencial es el lugar donde vas coleccionando los sellos que acreditan tu paso por cada lugar. En cada etapa, podrás sellarla en albergues, iglesias, ayuntamientos, oficinas de turismo e incluso en bares y comercios locales. Esto no solo sirve como prueba de tu recorrido, sino que también se convierte en el recuerdo más personal de tu viaje.

Obtención de la Compostela: Para conseguir la Compostela (el certificado oficial que acredita que has completado la peregrinación a Santiago por motivos religiosos o espirituales), es obligatorio haber recorrido al menos los últimos 100 km a pie o los últimos 200 km en bicicleta. La Credencial con los sellos correspondientes es la única forma de demostrarlo.

Cada sello que coleccionas a lo largo del Camino de Santiago cuenta una parte de tu historia, pero en nuestra ruta, cada uno es también una puerta al alma de la provincia de Castellón. Al recorrer la Ruta Ulteria, tendrás la oportunidad de sellar tu credencial en lugares únicos que te recordarán el valor de nuestra comunidad y nuestro patrimonio.

Cada sello de la Ruta Ulteria es un pedazo de nuestra tierra que llevas contigo a Santiago. Son la prueba de que el Camino no solo se camina, sino que también se vive y se siente a través de las personas y los lugares que te acogen.

Así que, cuando alguien se acerque preguntando por “la cartilla” o “el pasaporte del Camino”, no hace falta corregirlo: basta con tenderle la Credencial, esa compañera de viaje que convierte la andanza en peregrinación.

Porque, aunque muchos no recuerden su nombre, todos intuyen que sin ella el Camino no estaría completo.