Desde la Edad Media es aquel que deja su hogar de origen y camina hasta la tumba del Apóstol Santiago en Compostela. Tradicionalmente lo hacía por devoción, voto o piedad. Hoy se incluyen también motivaciones culturales, deportivas o de búsqueda interior. Su figura está ligada a símbolos como el bordón, la concha y la credencial.





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